Materiales sanos, edificios sanos

Los contaminantes alcanzan niveles más altos en el interior

Según la Agencia de Protección del Medio Ambiente de EE.UU., los habitantes de las ciudades modernas pasan hasta el 90% de su tiempo en interiores[1] y las concentraciones de algunos contaminantes alcanzan niveles de 2 a 5 veces superiores a los de los ambientes exteriores típicos[2].

Actualmente vivimos en una época que muestra una gran preocupación por la conservación del medio ambiente, el ahorro de energía y la sostenibilidad, pero la calidad del aire interior parece haberse quedado atrás.

La calidad del aire interior no es un problema nuevo

Aunque la calidad del aire interior no es un tema nuevo (los primeros estudios publicados se remontan a los años 80), una vez que no causa efectos adversos inmediatos sobre la salud, su importancia e impacto tienden a mitigarse. Sin embargo, sus efectos negativos son capaces de alterar tanto la salud física como la mental de los ocupantes de un determinado edificio, provocando altos niveles de estrés, la disminución del rendimiento de los trabajadores y causando malestar a sus ocupantes.

La neuroarquitectura defiende y demuestra que el entorno construido influye en el comportamiento humano, y que las características físicas o ambientales de un espacio pueden condicionar el bienestar. Los factores que influyen en el comportamiento humano son tan diversos como las proporciones del edificio, el diseño del espacio, la distribución del mobiliario y los materiales de construcción seleccionados.

Es hora de frenar el uso de productos que contienen compuestos químicos

Desde el punto de vista del arquitecto, afirmo que es urgente frenar el uso de productos que contienen compuestos químicos perjudiciales para la salud humana. Una forma de hacerlo es compartir conocimientos y concienciar sobre el diseño de espacios saludables con condiciones óptimas para sus ocupantes. Algunos grandes arquitectos y líderes del sector están abriendo el camino, pero todavía es un largo viaje y requiere un compromiso masivo.

Cuando alguien prescribe un producto de construcción, el coste, la eficiencia y la estética son los 3 factores principales que se tienen en cuenta. Pensar en la influencia de ese mismo producto en el aire que respiramos, no es algo que se cuestione a menudo dentro de nuestra industria y debería serlo.

Aunque el sector de la construcción ya está haciendo grandes esfuerzos para orientar su producción hacia el Net Zero, lo normal es que los esfuerzos no sean apreciados por sus clientes. Además, las "etiquetas verdes" y ciertos nombres comerciales suelen engañar al consumidor.

Visión de marketing y comunicación

Los expertos en marketing y comunicación que se asocian con la industria de la construcción tienen un papel importante en lo que se refiere a sensibilizar y comunicar los esfuerzos de las empresas sin ser demasiado técnicos ni engañosos.

Tanto los arquitectos como el sector deberían comprometerse al 100% con la creación de un entorno de construcción más saludable y con la concienciación sobre la transparencia.

La honestidad es la clave, y el momento es ahora.

Fuentes

[1] Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos. 1989. Informe al Congreso sobre la calidad del aire en interiores: Volumen 2. EPA/400/1-89/001C. Washington, DC

[2] Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos. 1987. The total exposure assessment methodology (TEAM) study: Resumen y análisis. EPA/600/6-87/002a. Washington, DC.